Cacería de orcas a tiburones blancos en Sudáfrica altera el ecosistema marino
En las costas sudafricanas, las orcas han intensificado la caza de tiburones blancos, un fenómeno documentado durante más de diez años, pero cuyas consecuencias ecológicas empiezan a ser evidentes. Un estudio reciente, publicado en Frontiers in Marine Science, señala que estos cetáceos atacan selectivamente a los tiburones para extraerles el hígado, un órgano rico en grasas y nutrientes esenciales para las orcas.
La disminución de tiburones blancos ha provocado un desbalance en la cadena trófica marina. Neil Hammerschlag, ecólogo marino, explicó que la ausencia de este depredador tope ha favorecido el aumento descontrolado de especies como las focas de piel del Cabo y los tiburones de siete branquias. Estas especies, sin la presión de los tiburones blancos, han proliferado rápidamente.
Esta nueva dinámica está generando efectos en cascada: las focas consumen grandes cantidades de peces pequeños, lo que reduce la biodiversidad y altera la pesca local, mientras que los tiburones de siete branquias compiten por recursos similares, exacerbando la situación. La presencia de las orcas como nuevos depredadores principales plantea una transformación profunda del equilibrio ecológico en la región.