Un avance para el planeta: el agujero de ozono se cierra antes de lo esperado en 2024

Investigadores vinculan la rápida recuperación a un fenómeno natural único y destacan los efectos de las políticas globales

 

El 2024 concluye con una noticia esperanzadora para el medio ambiente: el agujero de ozono, que en años recientes había mostrado dimensiones alarmantes, se cerró de manera anticipada en la primera semana de diciembre, según informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Este comportamiento contrasta con años previos, marcados por una mayor extensión y una recuperación más tardía de esta vital capa de la atmósfera.

Durante su punto máximo a finales de septiembre, el agujero alcanzó una extensión de 22 millones de kilómetros cuadrados, una cifra considerablemente inferior a los 25 millones registrados en 2022 y 2023. Hacia noviembre, su tamaño ya se había reducido a 10 millones de kilómetros cuadrados, mostrando una evolución que el SMN calificó como “alentadora”.

Sin embargo, detrás de estos cambios no solo están los esfuerzos globales para reducir las sustancias destructoras del ozono, como los clorofluorocarbonos (CFCs), sino también fenómenos naturales atípicos. Investigadores señalan que la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en enero de 2022 podría haber contribuido indirectamente al comportamiento del agujero en los últimos años. Este evento inyectó una cantidad sin precedentes de vapor de agua y dióxido de azufre en la estratósfera, alterando su balance químico y térmico y provocando pérdidas significativas en la capa de ozono.

Según estudios, los efectos del volcán podrían extenderse hasta cinco años, pero este 2024 ha mostrado un posible debilitamiento de su impacto en la atmósfera. El calentamiento global, en cambio, sigue siendo un factor de incertidumbre, ya que el aumento de la temperatura en la troposfera enfría la estratósfera, favoreciendo procesos químicos que dañan el ozono.

A pesar de estas complejas interacciones, el papel de las políticas internacionales sigue siendo clave. Gracias al Protocolo de Montreal (1987), se logró eliminar el 99 % de las sustancias que destruyen la capa de ozono, lo que ha permitido una recuperación gradual que podría completarse a mediados de este siglo. En Argentina, la implementación de estas medidas ha sido fundamental para reducir el uso de compuestos dañinos y cumplir con los compromisos globales.

“Este año representa un pequeño paso en la recuperación del ozono, pero no podemos bajar la guardia. El cambio climático y otros fenómenos aún presentan desafíos importantes”, advirtió el SMN.

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