PILCOMAYO: NO ES SÓLO CAPTAR MÁS AGUA SINO TAMBIÉN CONDUCIR – ROQUE GONZÁLEZ VERA

La Comisión Nacional del Pilcomayo tiene previsto iniciar, en los primeros días de junio, los trabajos de limpieza de la embocadura del canal paraguayo y la rehabilitación de los cauces de conducción de agua.

Hubiera sido ideal que las tareas pudieran comenzar ya en el mes mayo, pero limitaciones presupuestarias impiden esta posibilidad. De todos modos, junio todavía es una buena temporada para comenzar a trabajar.

La comisión del Pilcomayo, dirigida por el Dr. Veterinario Darío Medina, tiene como prioridad actual ensanchar la embocadura del canal paraguayo.

La cañada La Madrid, que conduce las agua del río desde la embocadura hasta el fortín Gral. Díaz, será objeto de limpieza, sobre todo de las empalizadas de troncos que se forman luego de cada crecida.

A esto se suma el inmeso arenal que se deposita en diversos tramos del cauce de la cañada La Madrid.

En los últimos cinco años, ya antes de esta administración, las aguas del Pilcomayo llegaban con gran rápidez hasta el fortín Gral. Díaz. El tramo de 380 kilómetros, entre la embocadura y el fortín, se cubre en un promedio de seis días.

Bajo la dirección del Ing. Arturo Niedhammer se alcanzó la meta de introducir cada año las aguas del río, incluyendo en períodos de aguas bajas, que coincide con los meses de invierno donde la sequía se siente con mayor intensidad por coincidir con el tiempo de seca.

Ampliación de la embocadura, una parte del problema

La administración actual de la Comisión Nacional del Pilcomayo debe enfrentar el desafío de aumentar el ingreso de aguas a nuestro territorio. En el verano pasado, Paraguay apenas logró captar el 20 por ciento del caudal del río, en el momento de mayor ingreso.

La meta actual de ampliar la embocadura del canal paraguayo en el Pilcomayo se puede alcanzar si los trabajos comienzan realmente a principios de junio.

Pero no se trata exclusivamente de ampliar la embocadura sino también de profundizar, de tal manera que tenga capacidad de escurrimiento en tiempos de aguas bajas.

Sin embargo, ampliar la embocadura es sólo una parte del problema. El tema no es captar mayor cantidad de agua, sino también la necesidad de aumentar la capacidad de conducción del Pilcomayo.

Esto implica necesariamente aumentar la profundidad y el ancho de la cañada La Madrid. Meter más agua en la embocadura y tener un canal sin capacidad de conducción se convertirá en un problema.

Al entrar más agua, en un canal estrecho, el resultado será un desborde violento de agua, sobre todo en los primeros 100 kilómetros. Esto implica inundaciones y comunidades afectadas por crecidas.

Y no sólo eso, también el riesgo de perder el control sobre la conducción de agua porque el río puede abrir nuevos cauces aprovechando desniveles del terreno para escurrirse.

Sin un proyecto de captación y conducción de aguas, tendremos graves problemas en el próximo período de crecidas, que es en verano.

No se trata sólo de tener más agua, sino también de introducirla en condiciones seguras.

Gral. Díaz, cuello de botella

El cuello de botella y foco de conflictos en la distribución de aguas se tiene a partir del fortín Gral. Díaz. El Pilcomayo llega y a partir de aquí se tienen una serie de cauces naturales que pueden llevar el río más al sur del departamento de Presidente Hayes.

Definir para donde conducir el río es una cuestión técnica. Se tiene una serie de cauces naturales que pueden ser rehabilitados para llevar lo más lejos posible el agua.

La inversión del Estado paraguayo, un promedio anual de 10 millones de dólares, aunque es poco, debe tener un impacto positivo en la mayor superficie posible, en beneficio tanto de la
biodiversidad como del sector productivo.

En Gral. Díaz nacen una serie de ríos como el Verde, Montelindo, Negro, Confuso y una serie de cauces menores. Algunos de estos conductos tienen tramos colmatados que no superan los 30 kilómetros, como es el caso del que lleva al fortín La Verde. Basta con limpiar 30 kilómetros y el río puede llegar al fortín.

Otro tanto puede suceder con el brazo norte del Montelindo. El resultado será tener un abánico con mayor superficie de agua.

En procura de evitar una mayor superficie con agua surjen voces que hablan de la necesidad de rehabilitar el Estero Patiño, pero esta es una falacia: el antiguo esteral no existe, está colmatado. Ya es historia, más aún cuando apenas se disponen de 10 millones de dólares para la totalidad de los trabajos en el área de escurrimiento. Se utiliza el nombre del Estero Patiño para justificar la intención de regar unas propiedades y no otras. La necesidad de agua alcanza a todos por igual y resulta indignante la sóla posibilidad de favorecer a unos en desmedro de otros.

El Ministerio del Ambiente tiene buena parte de responsabilidad en la anarquía que reina al sur del fortín Gral. Díaz: se muestra incapaz de establecer un criterio técnico para la distribución y uso de aguas.

Mientras el Mades siga dando la espalda al área de escurrimiento del Pilcomayo, los problemas seguirán y lo que es peor, se agudizarán sin duda alguna .

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