ZONA DEL PILCOMAYO DANTESCO ESCENARIO A CAUSA DE LA SEQUÍA – ROQUE GONZÁLEZ VERA

La falta de agua del Pilcomayo está causando estragos al sur del departamento de Presidente Hayes. El escenario que se vive en los municipios de Campo Aceval y Tte. Esteban Martínez es dantesco, por la mortandad de animales silvestres y vacunos. El gran ausente es el río Pilcomayo. Pobladores de los municipios de Campo Aceval y Tte. Esteban Martínez se ven obligados a enfrentar días acíagos por la falta de agua.

El área lleva 13 meses sin lluvias importantes y los pocos milímetros de agua caída apenas sirven para cubrir el manto de polvo en que se convirtieron los caminos.

Las lagunas están completamente secas, los tajamares apenas si confunden el barro con el agua y los tanques elevados no cumplen mayor función, por la falta de agua precisamente.

El resultado inevitable de este escenario dantesco es la terrible mortandad de animales, tanto silvestres como vacunos. El penetrante tufo de la muerte se adueñó de parajes donde el Pilcomayo dejó de ser sinónimo de vida.

El escaso pasto que aún queda en algunos campos no es suficiente para alimentar a los animales. Los productores se ven obligados a recurrir al heno. Este suplemento está formado por hierbas muy secas, de poco valor nutricional, pero es lo único disponible para alimentar al ganado.

En cuanto al suministro de agua, la alternativa existente es la excavación de pozos. El costo es elevado en extremo y no se tiene garantías de que se podrá encontrar agua dulce o por lo menos salina.

El riesgo de toparse con venas de agua salada es muy alto y ante esta realidad no queda otra sino seguir en la búsqueda de una vena de agua buena.

Un recurso muy utilizado en torno a los pozos es la instalación de una suerte de bombillas: caños de plástico que se introducen a una profundidad promedio de cinco metros y que actúan como pajitas para captar el agua, de allí el nombre de pozo bombilla.

Se puede captar un promedio de mil litros de agua por hora, pero el uso debe controlarse porque la diferencia de presión puede terminar subiendo una capa de agua salada y terminar por destruir toda disponibilidad de agua dulce o salina.

¿Y EL RÍO PILCOMAYO?

El Pilcomayo es el gran ausente en el sur del departamento de Presidente Hayes. La falta del río es el orígen de la mortandad de animales silvestres y vacunos.

El río Pilcomayo llegó sin mayores inconvenientes hasta el fortín Gral. Díaz, a unos 350 kilómetros de la embocadura

PAG del canal paraguayo. A partir de este punto, el agua fue librado al azar: no existe un brazo conductor que permita llevarlo hasta el interior del Bajo Chaco. La Comisión Nacional del Pilcomayo tiene como director al médico veterinario Darío Medina. No es un especialista en manejo de aguas. No conoce absolutamente nada del manejo del Pilcomayo.

Su única experiencia, relativa, es que ocupó el cargo de gobernador de Boquerón en el gobierno anterior. Y su principal “virtud” es que fue jefe del equipo de veterinarios de las estancias de Horacio Cartes.

La dirección de la comisión del Pilcomayo está a cargo de un veterinario y esto explica porqué el Dr. Darío Medina es susceptible a recibir sugerencias de los productores Francisco Brusquetti y Manuel “Manolo” Cardozo quienes insisten en la utopía de volver a cargar con agua al antiguo Estero Patiño.

Con el argumento de recuperar al Estero Patiño, que ya está colmatado y nunca más volverá a ser lo que fue, no permiten la rehabilitación de cauces que puedan conducir al Pilcomayo a otras áreas que no sean alrededor de sus establecimientos ganaderos.

EL MONTELINDO NO TENDRÁ AGUA

El Pilcomayo es la naciente de ríos como el Verde, Montelindo, Negro, He’e, Confuso. Cada uno de estos cursos de agua alimentan a su vez a un conjunto de cauces menores que redistribuyen las aguas del río. Es lo que se llama un delta continental.

El Estero Patiño, que ya no existe, era uno de los componentes de un sistema ambiental extraordinario. Cada uno de los ríos y cauces menores tienen una singular importancia en el esquema de distribución de aguas.

La función principal de la Comisión Nacional del Pilcomayo es garantizar el ingreso de las aguas del río y garantizar su distribución en la mayor superficie posible de nuestro territorio, en beneficio del medio ambiente, pobladores y productores.

La decisión de conducir las aguas con dirección preferencial a Tte. Esteban Martínez es un desatino técnico, resultado de la falta de gerenciamiento de la comisión nacional. El Pilcomayo debe distribuirse en la mayor superficie posible, en beneficio de todos.

El río Montelindo es un curso de agua clave en este sentido. En los alrededores del fortín Ávalos Sánchez la necesidad de agua es acuciante, del mismo modo que en Tte. Esteban Martínez.

Es cuestión de justicia y equidad beneficiar a todos con el agua, más aún en momentos de desesperación. Y esto debería saberlo el veterinario de Horacio Cartes.

Fotos: Federico González Viapiana

  

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