LA MITAD DEL AMAZONAS PODRÍA DESAPARECER PARA EL 2050
Según un reciente estudio, liderado por la Universidad Federal de Santa Catalina (Brasil), en colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mitad del amazonas podría sufrir alteraciones irreversibles llevando a este ecosistema a un punto de no retorno.
Los resultados del trabajo fueron presentados a mediados del mes en la revista Nature y los mismos sugieren que los cambios potenciales dependen principalmente de los siguientes factores: el incremento de la temperatura, la reducción de la de precipitación y su variabilidad estacional, el alargamiento de las temporadas de sequía y los alarmantes niveles de deforestación. Llegar a sobrepasar los puntos críticos de cada uno de estos factores, influidos directamente o indirectamente por el cambio climático, no solo provocaría cambios locales y generales en el ecosistema amazónico sino que también tendría un fuerte impacto en la regulación climática del planeta, la biodiversidad y la diversidad cultural.
El informe sitúa al punto de inflexión de la deforestación en el 20%, estableciendo un límite seguro del 10%, aunque el mismo actualmente ha sido superado, siendo este el 13%.
Con respecto al calentamiento global, el informa señala que el umbral crítico es de un aumento de temperatura media de 2ºC, siendo 1,5ºC el límite seguro. En cuanto a las precipitaciones, el umbral crítico se encuentra en los 1000 mm anuales con un límite seguro en los 1800 mm anuales. Así también los investigadores alertan de que no debe superarse el déficit de 450 litros por metro cuadrado de lluvia al año en periodos de estación seca, estableciendo un límite seguro de 350 litros por metro cuadrado anual.
Implicancias climáticas y sociales
Los investigadores resaltan la importancia global de la Amazonía tanto desde el enfoque de regulador climático, en el que sus bosques actúan como «refrigeradores» del planeta y «bombas de agua» por un lado y como enormes sumideros de carbono por el otro, como también como el hogar de una inmensa diversidad biológica y cultural. La selva amazónica es hogar de aproximadamente 47 millones de personas, en las que 2,2 millones pertenecen a pueblos originarios de unas 400 etnias y culturas diferentes.
La investigadora Encarnación Montoya recalcó que las comunidades indígenas «son los vigilantes, son los que tienen el conocimiento tradicional; viven, conocen y usan de manera sostenible los bosques amazónicos» por lo que estas deben tener un rol participativo y no pueden quedar fuera de la gestión, teniendo en cuenta la complejidad de la gestión de un territorio comprendido en nueve fronteras geográficas y nueve gobiernos diferentes.
Es crucial la implementación de políticas de restauración y conservación tanto a nivel local como internacional para lograr mitigar las posibles consecuencias adversas y prevenir la pérdida del Amazonas. La investigación insta a tomar medidas urgentes a nivel gubernamental e intergubernamental para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar la sobreexplotación de recursos. Además, resalta la importancia de incluir a las comunidades indígenas en la toma de decisiones y promover la adopción de prácticas tradicionales de conservación ya que los territorios gobernados por ellos son muchas veces los mejor conservados.