Santiago Herrera tuvo esta idea cuando escucho hablar a su profesor de química sobre electrolisis y recicló partes de otros vehículos viejos.
El sistema en realidad es electrónico, de bajo voltaje, algo que armó con un elevador de tensión, una resistencia hecha con caños de cortina y un frasco de vidrio cerrado herméticamente, conectado al carburador.
Bautizó a su proyecto “un paso verde a la vez”, ya que lo piensa como una solución ecológica que permitiría cambiar la industria automotriz, especialmente en un contexto como el actual con el aumento del precio del petróleo.
“Mi proyecto consiste en usar agua sucia o agua de mar para hacer electrólisis, separando las moléculas de hidrógeno y las del oxígeno. Lo que usamos como combustible es el hidrógeno, que tiene alta volatilidad comparado con combustibles fósiles”, explicó el joven salteño.